¿En qué consiste el estrés postraumático? Consecuencias del estrés postraumático tras un accidente de tráfico. ¿Cómo reclamar la indemnización por estrés postraumático en accidente de tráfico? Cuantía de la indemnización por estrés postraumático en accidente de tráfico. Estas son algunas de las preguntas que más se buscan en relación a esta casuística y el abogado experto en derecho del tráfico vial, Sebastián Montilla Castro te da la respuesta y ofrece su asistencia.
¿En qué consiste el estrés postraumático?
El estrés postraumático como tal consiste en que un accidente de tráfico, en muchas ocasiones supone, desde el punto de vista psicológico o emocional, un shock para la víctima con independencia de la posición que ocupe en el vehículo que tiene el accidente, pero es frecuente que si es el conductor, le genere ansiedades, miedo o preocupación…, incluso autoinculpación (por si podía haber hecho algo por evitar el accidente, etcétera) y esto se traduce en un estrés que, con mucha frecuencia, se produce tras la ocurrencia de un accidente.
Consecuencias del estrés postraumático tras un accidente de tráfico
El estrés postraumático, desde el punto de vista indemnizatorio, puede tener varias consecuencias. Yo soy de la opinión de que todo el mundo que sufre un accidente, en alguna medida, tiene estrés postraumático.
Entonces, depende evidentemente de lo que persista de ese estrés e incluso de si necesita tratamiento médico —en este caso, psicológico o psiquiátrico— porque ya afecta de una manera importante al día a día y es necesario algún tipo de medicación (tranquilizantes, etcétera) o incluso terapia psicológica.
Entonces, en este caso, se trataría como una lesión más. Lo que pasa es que no es traumática, es psicológica, pero es como una lesión más y llevaría el mismo recorrido desde el punto de vista indemnizatorio que si fuera una lesión traumática.
Es decir, del tratamiento médico asistencial que fuera necesario hasta que se produjera el alta asistencial —en este caso, del psicólogo o del psiquiatra— y ese alta se puede producir por curación total —digamos que hemos resuelto completamente este problema emocional— o restando secuelas, en cuyo caso habrá que baremarlas y solicitar indemnización por esa lesión permanente.
¿Cómo reclamar la indemnización por estrés postraumático en accidente de tráfico?
En estos dos casos es casi más importante que en lesiones traumáticas puramente duras, que lógicamente necesitan menos acreditación porque hay pruebas objetivas. Es decir, si yo me rompo un brazo, la radiografía evidencia la rotura sin que tener que dar muchas más explicaciones sobre la fractura.
Pero si es un proceso psicológico, lógicamente, es conveniente que el profesional que esté atendiendo este proceso o este trastorno sea lo más explícito y profuso posible en los informes, porque no hay que olvidar que los temas de salud mental y de este tipo de patologías casi esencialmente se diagnostican y tratan en base a las referencias y manifestaciones que hace la propia víctima.
Por lo cual, es conveniente que los informes psiquiátricos y psicológicos sean lo más explícitos posibles y detallados para que quede claro que, efectivamente, esta patología, a juicio de un profesional, existe y está generando la sintomatología que se dice.
Cuantía de la indemnización por estrés postraumático en accidente de tráfico
Si el estrés postraumático al final redunda o se convierte en un trastorno depresivo, podemos estar hablando de una indemnización muy elevada. Recuerdo un asunto que llevamos de un señor que perdió a una hija pequeña en un accidente de tráfico y que al final ha derivado este duelo que no ha podido superarlo en un trastorno depresivo mayor, que le ha incapacitado para la realización de cualquier tipo de actividad laboral.
Estamos hablando de una indemnización que supera los 150 000 €, porque su sociedad ha acreditado que ese estrés postraumático inicial se ha convertido en una enfermedad mental muy relevante y, desde luego, persistente y absolutamente invalidante. O sea, desde eso —el caso extremo— hasta la indemnización que supone como lesión temporal o como un perjuicio temporal el hecho de que durante unos meses, con posterioridad al accidente, la víctima se haya visto obligada a recibir una terapia psicológica, con la que ha logrado superar, reducir o solucionar el problema, pero que ha sido necesaria.
Si ha precisado terapia por dos meses, deberá ser indemnizada por esos dos meses y, por supuesto, por el coste que haya tenido esa terapia, si es que no se la ha pagado alguna compañía.
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